Para explicar este tema, es fundamental un concepto básico de fisico-química como es la primera ley de la termodinámica. Este principio, afirma que la cantidad total de energía en cualquier sistema físico aislado sin interaccionar con ningún otro sistema permanece invariable con el tiempo, pero dicha energía puede transformarse en otra forma de energía. Para entenderlo más fácil, “la energía ni se crea ni se destruye, solo se tramsforma”.
Evidentemente, este aspecto se puede incluir en la alimentación del ser humano. Nuestro organismo utiliza los nutrientes presentes en los alimentos como combustible, y de esta forma, poder obtener energía a partir de ellos. Recordemos que los nutrientes de los cuales se puede obtener energía de mayor a menor poder calórico son los siguientes: lípidos (9Kcal/g), hidratos de carbono (4 Kcal/g) y proteínas (4 Kcal/g). También aporta Kcal el alcohol, pero no se recomienda su consumo debido a sus efectos perjudiciales para la salud. Es importante recordar, que la “Kcal” es la unidad de medida para cuantificar la energía en los alimentos.
Esta energía es de vital importancia para el organismo, para un correcto movimiento, transformación de los alimentos y su aprovechamiento, eliminación de productos de desecho, y la construcción y mantenimiento de la estructura y función celular del cuerpo.
Es aquí donde nace el concepto de balance energético, que es la diferencia entre la energía ingerida a través de los nutrientes de los alimentos (hidratos de carbono, lípidos o grasas, proteínas y alcohol), y el gasto energético utilizado por el organismo para su correcto funcionamiento. Un balance energético adecuado es aquel que permite mantener un peso y una composición corporal adecuada, permite el normal desarrollo fisiológico del individuo, y promueve la salud óptima y previene la enfermedad.
Por último, nos queda conocer el otro componente del balance energético como es el gasto energético, que consta de:
- Metabolismo basal o reposo: Es la energía destinada al mantenimiento de las funciones fisiológicas vitales y equilibrio del organismo. Los órganos que más contribuyen son el corazón, el hígado, riñón, sistema nervioso, y el músculo esquelético.
- Efecto termogénico de los alimentos: Energía destinada a la digestión, absorción y utilización metabólica de los nutrientes ingeridos.
- Actividad física: Energía destinada al trabajo muscular durante los movimientos corporales espontáneos, labores domésticas, ejercicio profesional o deporte, etc.
El objetivo de este post, simplemente es concienciar de un balance energético adecuado. Este motivo, suele ser un factor determinante en el desarrollo de diversas patologías. En nuestro contexto de estilo de vida occidental, predomina un balance donde la ingesta calórica por unos malos hábitos alimenticios excede al gasto calórico caracterizado en muchos casos por el sedentarismo y la falta de actividad física. Evidentemente, esto implica problemas de salud importante como son el sobrepeso y la obesidad, factores desencadenantes de un montón de enfermedades. De ahí, la importancia de conocer e informarse en estos aspectos.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
“Alimentación y Nutrición humana” Vol. I. José Mataix, 2003.
“Física: Principios con aplicaciones”Vol.I.Douglas Giancoli, 2006.