La modernización de la sociedad actual está sujeta a una serie de cambios culturales y/o sociológicos que repercuten directamente en los hábitos y preferencias alimentarias de las personas. Son varios los estudios que afirman que cada vez se dedica menos tiempo a la compra, preparación y elaboración de los alimentos, empleando alternativas a los alimentos saludables, como son los procesados, fáciles de preparar y rápidos de consumir (tradicionalmente llamados fast food).
Estos nuevos patrones de alimentación se basan en un consumo excesivo de alimentos de origen animal, especialmente de carnes y derivados, y alimentos con gran cantidad de azucares simples y grasas saturadas. Suelen ser hábitos alimentarios propios de las sociedades del norte de Europa o cultura anglosajona y se alejan del patrón de una dieta saludable.
Es conveniente saber, que hay una relación directa importante entre los hábitos alimentarios y el desarrollo de enfermedades en la población de los países industrializados. Según diversos estudios, el 42% de las muertes se produce por enfermedades cardiovasculares relacionadas con una inadecuada alimentación (obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, dislipemia, hiperuricemia, intolerancia a los hidratos de carbono). . Incluso, factores relacionados con la alimentación están presentes en un porcentaje significativo en los casos de cáncer en los países desarrollados.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se indica que La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Aunque anteriormente se consideraba un problema asociado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medianos. Algunos datos de interés preocupantes que menciona dicha organización son:
- En 2014, más de 1900 millones de adultos tenían sobrepeso y más de 500 millones eran obesos
- En 2015, 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso en todo el mundo
- A nivel mundial, el sobrepeso y la obesidad causan más muertes que la insuficiencia ponderal
- Las elecciones de los niños, su dieta y el hábito de realizar actividades físicas dependen del entorno que les rodea
- Una dieta saludable puede contribuir a prevenir la obesidad y el sobrepeso
- La actividad física regular ayuda a mantener un cuerpo sano
Como indica esta prestigiosa institución, la degeneración del patrón alimentario tradicional perjudica a la población, especialmente a aquellos sectores más susceptibles de ser influidos por el entorno como es el caso de los niños y adolescentes. Paradójicamente, son uno de los grupos poblacionales que más necesitan una alimentación saludable que contribuya a un crecimiento y desarrollo óptimos.
Ante tales evidencias, la dieta mediterránea (DM) se plantea como un modelo de alimentación saludable. La DM es un patrón dietético y cultural que ha estado asociada tradicionalmente a hábitos alimenticios saludables y caracterizado por un alto aporte energético a base de cereales, aceite de oliva, hortalizas y frutas, con un menor consumo de carne y una mayor dependencia a las grasas vegetales que a las grasas de origen animal.
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